Las medidas para paliar el problema de los desahucios: una soberana tomadura de pelo
Cuando he leído las medidas que el gobierno en materia de desahucios la sangre me ha entrado directamente en ebullición. Uno puedo llegar a entender muchas cosas, pero que nos tomen el pelo comienza a ser muy, pero que muy, cargante. Eso de que se crean que soy tonto se pasa más de tres pueblos de la raya. Eso de pensar que con un pequeño maquillaje vamos a tragar y considerar que se han puesto a solucionar el problema es una soberana tomadura de pelo. Lo cierto es que los titulares de prensa recogen una afirmación radical y profundamente falsa: "las medidas del gobierno atienden a las personas más vulnerables". No es verdad, muchas personas muy vulnerables siguen quedando sin protección, han cogido algunos pocos grupos y colectivos, de manera muy poco meditada, sin pensar, a mogollón, y creen que de esta forma ya está (podéis leer este artículo de El Confidencial (aquí) que explica que los dos últimos suicidios no se habrían evitado con las medidas del gobierno. Y además simplemente realizan una moratoria de dos años, medida que parece querer mandar el falso mensaje de que en ese tiempo ya estaremos saliendo de la crisis y esa gente ya podrá pagar. Necesitamos un cambio de la normativa legal ya.
Pensaba hacer una entrada al respecto, especialmente porque, como se deduce de mi entrada anterior, me llegué a creer que se ponían algo más en serio a la materia. Será que nuestro nuevos patrones, los señores de los bancos (lo de señores les pega mucho, os recomiendo que os leáis la definición del diccionario de la RAE de la palabra aquí, especialmente sus acepciones 6 y 11) les han amenazado con los fuegos del averno o algo así. El caso es que me he encontrado con el posicionamiento de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales y me han solucionado la entrada, no tengo mucho más que añadir a lo que han/hemos dicho en el comunicado, me limito en esta entrada a reproducir su contenido (será también que estoy vago, ya me disculparéis los habituales pero últimamente me había prodigado mucho ;)
DESAHUCIAR (*)
(*)
Ahuciar, (afiuciar, del lat fiduciāre), esperanzar o dar confianza.
(DRAE 22ª ed.)
POSICIONAMIENTO
DE LA AEDGSS CON RELACIÓN AL ANUNCIO DE MEDIDAS URGENTES PARA REFORZAR LA
PROTECCIÓN A LOS DEUDORES HIPOTECARIOS
1º.- Respecto a las medidas anunciadas en la comparecencia
tras el Consejo de Ministros de hoy 15 de noviembre, consideramos, a falta de una
mayor concreción de las mismas, que se trata de una nueva oportunidad perdida de lo que podría haber sido un paso
firme y valiente hacia la necesaria reconciliación de la ciudadanía con los Poderes
Públicos que están a su servicio.
Definitivamente no se establecen medidas que permitan
a las personas con dificultades de pago de las cuotas hipotecarias afrontar sus
deudas a fin de evitar perder la vivienda. La “paralización” por dos años operará
únicamente para los lanzamientos y no para las ejecuciones hipotecarias y
subsiguientes subastas de inmuebles. Por lo tanto, no se ofrecerá a las
personas afectadas la posibilidad de amortizar responsablemente sus deudas sino
que, sin remisión, perderán la casa.
Es palmario que esto confluye con otro acuerdo
adoptado hoy en Consejo de Ministros, y con la política preparatoria de la
SAREB (banco malo). Es obvio que la prioridad del Gobierno está en la
agilización de las ejecuciones hipotecarias para convertir la morosidad de
particulares (deuda mala) en activos inmobiliarios disponibles para ser
entregados a la Sociedad de Gestión de activos procedentes de la
Reestructuración Bancaria. De nuevo los intereses financieros se anteponen a
los de la ciudadanía. Así, a la SAREB se le entregarán algunos inmuebles “con
bicho” dentro pero por un plazo limitado a dos años.
Resulta muy ilustrativo, pero aún más indignante, que
la primera reacción haya sido la de la Comisión
Europea indicando la necesidad de consultar tales medidas a la troika (Comisión
Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Lamentamos la
sanguinaria insensibilidad de la Comisión Europea al haber mostrado su
preocupación por este aspecto y no por el dictamen del Tribunal de Justicia de
la Unión Europea cuando proclama lo injusto de nuestro sistema hipotecario o por
la denuncia efectuada por las Naciones Unidas, a través de la relatora especial
para asuntos de vivienda, sobre el incumplimiento del Reino de España con los
tratados internacionales en materia de Derechos Humanos y, en concreto, con el
derecho a la vivienda.
2º.- Respecto al contenido
concreto de las medidas, desde la cautela de tratarse del análisis de la mera
Referencia publicada en la web del Consejo de Ministros, queremos suponer que
la paralización de desahucios se afianzará, al menos, con alguna norma de tipo
ejecutivo (de obligado cumplimiento) y que no sea, de nuevo, por mera
suscripción voluntaria de los acreedores. Esto último nos devolvería a la
aberración jurídica del Código de Buena
Práctica y a la total indefensión para los deudores.
En todo caso, lo limitado las medidas anunciadas y el grotesco
desatino que suponen se perfilan nítidamente en casuísticas como las que siguen:
- Quienes se encuentren dentro de las condiciones para
la paralización por dos años de su desahucio, podrían encontrarse (ojalá) ante
una oportunidad laboral que diera lugar a un lógico incremento de sus ingresos,
perdiendo así la “protección” ofrecida. No hay que ser muy inteligente para
darnos cuenta de lo que ello significa: “Si
encuentro o mejoro mi trabajo… me echan de casa”. Este efecto perverso
sería tremendamente pernicioso. Si la moratoria se hubiera aplicado a la
ejecución hipotecaria, se habría fomentado todo lo contrario: “Si encuentro trabajo o mejoro el mismo…
podré pagar lo que debo y seguir viviendo en mi casa”.
- A quienes se les conceda el “privilegio” de la paralización
de su desahucio por su bajo nivel de ingresos y por estar atendiendo a un
familiar en situación personal de
discapacidad, dependencia o enfermedad grave que le incapacite de forma
temporal o permanente para una actividad laboral se juegan su techo a la
supervivencia y longevidad de dicha persona atendida. Ya pueden esmerarse en
sus cuidados, porque a la triste pérdida de un familiar podrían añadir el
automatismo de terminar en la calle.
- Los condiciones propuestas en cuanto al umbral
máximo de ingresos habrán de concretarse más (especialmente en lo referido a
unidades de consumo en el hogar para las que se calcula tres veces el IPREM),
pero la obligatoriedad de cumplir, de forma añadida, con una situación concreta
de supuesta vulnerabilidad, denota un grave desconocimiento de los procesos
sociales y una inusitada torpeza por parte de un Ejecutivo insuficientemente
asesorado. Condicionar la paralización de un desahucio a la convivencia en el
hogar de una persona dependiente, con discapacidad o con enfermedad grave e
incapacitante, puede abocar a situaciones absurdas en las que, en la
desesperación, se busque por todos los medios la incorporación de dicha persona
al hogar. Cuando se impone este tipo de condiciones para el disfrute de
determinados beneficios sociales, se pueden incentivar –está más que
demostrado- comportamientos artificiosos
que acerquen a los afectados a las situaciones prefijadas. Condicionar la
paralización de un futuro desahucio al tamaño familiar (familia monoparental
con dos hijos o familia numerosa) puede afectar incluso a fenómenos de
natalidad forzosa como ya demostró la Antropología del siglo XX. No queremos
pensar en la incentivación de algunos otros de los comportamientos sociales
indicados en la nota del Consejo de Ministros.
- Pretender que es más razonable, plausible o justo desahuciar
a una pareja con un descendiente de cuatro años de edad que a otra pareja con
un hijo de dos años raya en el surrealismo y no merece más comentarios. Es algo
jurídicamente insostenible y que repugna a la razón.
3º.- En cuanto al anuncio de
creación de un “Fondo Social de
Viviendas” para alquiler de bajo precio, vistos los desatinos anteriores,
nos hace sospechar que se trata de una estrategia para mantener las viviendas
en uso y hasta para obtener algunos ingresos por parte de la SAREB. Resultado: “nos quedamos con las viviendas y las sacamos
al mercado (¿cuáles y en qué lugares?)
para que los desposeídos las mantengan y además abonen los costes de
mantenimiento del inmenso parque de viviendas vacías del que disponemos”.
En este mismo orden de cosas, y en lenguaje de
Cooperación Internacional, si las viviendas a disposición lo son en función de
criterios de mercado (y ya no nos cabe ninguna duda de ello), técnicamente
estaríamos hablando de “desplazados
internos”. Miles de personas viviendo fuera de contexto, con una terrible
sensación de fracaso y pérdida y urbanísticamente aglutinados allá donde el
valor de los inmuebles es menor. La cohesión social en dichos contextos es
imposible y la aparición de situaciones de exclusión severa será inevitable.
4º.- Desde la AEDGSS estamos
convencidos de que ES URGENTE encontrar soluciones EXCEPCIONALES que eviten
este drama social, exigimos una respuesta valiente que erradique la vulneración
de los DERECHOS HUMANOS a que asistimos.
Por otra parte, estamos seguros de que en el medio
plazo, lo coherente y lo que debemos exigir a los Poderes Ejecutivo y
Legislativo es una nueva normativa civil y mercantil que permita a quienes no
pueden afrontar momentáneamente los pagos de sus deudas -personas físicas
(particulares y autónomos) en situaciones de insolvencia sobrevenida por efecto
de la crisis- acogerse a sistemas de reestructuración, saneamiento y descarga
razonables y acordes con los países de nuestro entorno. Estos sistemas deberán
ser regulados por ley y tienen que dar margen suficiente a jueces y magistrados
para que puedan ejercer la Tutela Judicial Efectiva consagrada en nuestra
Constitución. Dicha tutela (por lógica economía) deberá ir siempre precedida de
sistemas de mediación entre acreedores y deudores que analicen caso a caso y
que operen bajo la responsabilidad pública.
Seguimos a disposición de los Poderes Públicos para
ofrecer alternativas reales al problema como ya hicimos el pasado Febrero ante
el Congreso de los Diputados, si bien como toda respuesta se han nos ha
indicado que nuestras alternativas se redirigían a la Comisión de Economía aún
cuando nosotros las dirigimos a la de Justicia.
5º.- Por último debemos un justo
reconocimiento y aplauso a cuantas personas, instituciones y colectivos
solidarios llevan años alertando sobre las injusticias que en materia de
vivienda y crédito se vienen dando en España desde el estallido de la Gran
Crisis. Nos referimos a las Plataformas de Afectados por la Hipoteca, los
movimientos STOP Desahucios, las organizaciones de consumidores como ADICAE o
foros de reflexión y denuncia tan potentes como Amnistía Internacional, la
Fundación FOESSA o el Observatori DESC.
Las reivindicaciones de estos colectivos –fuera cual fuera su eco en la
sociedad- han sido un motor de cambio y nos han servido de inspiración
permanente. A las acciones colectivas debemos añadir los desvelos de muchas
personas que a título individual y profesional han realizado aportaciones muy
sustanciales para buscar soluciones a la injusticia manifiesta que vive España
en esta materia. Especial reconocimiento también a los componentes del Poder
Judicial que son especialmente sensibles con esta cuestión y que actúan con
toda profesionalidad en el sometimiento al imperio de la ley, pero evitando
mecanicismos en la práctica jurídica y sin olvidar nunca que la esencia del
ejercicio de su labor democrática es, finalmente, que la justicia emana del pueblo.
Curiosamente "maquillaje" ha sido mi palabra.
ResponderEliminarNo caben paños calientes para una realidad como la que vivimos, pero no es posible alcanzar una solución en un mundo en el que el capital marca las normas.
Juridicamente hay muchos caminos para afrontar el problema de las hipotecas, siendo unos más radicales que otros, pero ninguno que solvente el problema de fondo, el que no queremos o sabermos plantear. Sin trabajo no hay modo de vivir, y el trabajo que se ha ido no va a volver.
(nota: trabajo remunerado con justicia, porque el otro, el que nos devuelve a la semiesclavitud, ese nos espera a la vuelta de la esquina)
Un saludo