La literatura y la vida
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En el libro da cuenta del porqué no se dedicó a escribir tras salir del campo de concentración de Buchenbald tras la liberación, como fue su primer impulso; cómo necesitó un tiempo para volver sobre esa realidad, y cómo necesitaba del artificio, de la literatura, para expresar la verdad última de su experiencia vital.
De una manera inesperada, al menos para mí, consigue poner en evidencia que la literatura, el artificio y la imaginación pueden entrar en el terreno de la verdad de una forma más profunda que la que proporciona el relato de un testigo directo de una realidad que quiere ser perfectamente objetivo o que la misma verdad explicada por un científico social. Es cierto que son formas distintas de acercarse a lo mismo, pero la verdad de la literatura, está, a veces, más capacitada para llegar más allá.
Por eso escribo en este blog sobre determinadas obras literarias, porque
a menudo contienen una verdad humana inaccesible de otro modo y que necesitamos para poder entrever el presente y el futuro. Esto sucede, especialmente, cuando me asomo a la ventana del
horror que es capaz de generar el ser humano.
Toda esta introducción viene al caso porque en esta y en otras entradas posteriores me voy a dedicar a analizar y recomendar, aunque sea brevemente, varias obras literarias que creo que no os dejarán indiferentes si las leéis. Vayamos con la de hoy.
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Entiendo que Kucinski, de una forma distinta, entronca con la experiencia de Semprún. También él necesita la literatura, tantas años después, para expresar y comprender lo inexpresable y lo incomprensible. De hecho el libro comienza con esta frase: "Todo en este libro es inventado, pero casi todo ha sucedido" El axioma sobre el que creo que giran, de formas distintas, eso sí. Ambos textos
literarios.
Las tres muertes de K, según la propia contraportada de la edición española, encuentra su punto de partida en la propia
experiencia del autor, cuya hermana y su marido desaparecieron
en esa misma dictadura.
Pero ¿De qué va el libro? Sin destripar el contenido de la novela te puedo contar que Kucinski escribe la historia de K., un judío que consiguió huir de la Polonia ocupada por los nazis, cuya hija ha desaparecido, en realidad ha sido desaparecida por parte de la dictadura brasileña.
Se que para muchos estas historias de desaparecidos pueden parecer trilladas, requetesabidas y tan vistas y leídas que no merece la pena acercarse a una más. Al fín y al cabo todas son iguales, podemos pensar. Sin embargo estas historias son como el rompeolas de nuestros límites y su lectura, repetida, reiterada, nos interroga sobre el problema del mal, la responsabilidad y la culpa. No es poca cosa
Este libro es, en este sentido, el mismo y distinto a la vez. Está bien escrito, mantiene el interés, y aborda aspectos originales que no te dejan indiferente.
El recuerdo del horror, su presencia continuada en nuestra memoria, es imprescindible, desde mi punto de vista, para poder imaginar un mundo distinto.
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