Sistema educativo y lucha contra la pobreza.
En un reciente debate parlamentario, una Consejera de Educación de un Gobierno Autonómico gestionado por los conservadores, ante los ataques de la oposición por su política de becas de comedor que la criticaban por el importante número de niñ@s que con situaciones familiares muy precarias quedaban sin protección, declaró algo así como que el Sistema educativo no tiene como objetivo luchar contra la pobreza.
Esta frase, que puede pasar relativamente desapercibida en los medios de comunicación, manifiesta una serie de conceptos de fondo que permiten desmantelar el Estado de Bienestar al mismo tiempo que se defiende que se está trabajando por consolidarlo.
El concepto de Estado que está detrás de esta declaración (en realidad de las políticas sociales) es el de "Estado facilitador". Las estructuras del Estado tienen como objetivo "facilitar" a los ciudadanos la cobertura de algunos de sus riesgos. Considerando a la vez que los responsables reales de la cobertura de los mismos son los propios ciudadanos. Encaja perfectamente este modelo en la metáfora "la vida social como una carrera" que he analizado reiteradamente en mis escritos. Cada uno es responsable de la posición en la que llega al final de la competición y, por lo tanto, tiene lo que se merece.
En este esquema el Estado no tiene por objetivo ni conseguir una sociedad más igualitaria (propio del modelo de Estado de Bienestar al menos en sus orígenes y en el modelo nórdico), ni tampoco la eliminación de la pobreza, ni la consecución de unos mínimos de seguridad social (propio de los modelos continentales).
En todo caso, en esta forma de conceptualizar la intervención del Estado y la legitimación social del poder, se puede llegar a entender, como de hecho se hace en las declaraciones, que puede existir un Sistema de Protección que, de forma subsidiria y residual, realiza las funciones de control social y beneficencia pública, manteniendo unas líneas de ayuda muy escasas para los más desfavorecidos. Unas líneas diseñadas desde el punto de partida de que en realidad los ciudadanos protegidos por estas medidas no se lo merecen, son los culpables de su situación, no salen de ella porque no se esfuerzan y, por lo tanto, se debe ser muy restrictivo en las líneas de ayuda. De ahí las restricciones en las prestaciones economicas tanto en alcance de los destinatarios como en exigencias para su justificación.
Estamos ante un Estado Ni-Ni. Ni tiene por objetivo una sociedad igualitaria, ni se plantea eliminar las barreras que la estructura social coloca a muchos para poder considerar que estamos en una competición social limpia. El Estado facilitador es el Estado que consolida las posiciones sociales de cada cual en función de su familia de origen estrechando hasta el límite las posibilidades de la movilidad social.
En este concepto la idea de educación queda limitada a la transmisión puramente bancaria de los conocimientos, centrados cada vez más exclusivamente en las materias que se consideran relacionadas con el tejido productivo. En este contexto todo aquello que se aleja de ese centro se considera complementario, superfluo o ajeno. En definitiva inútil.
El concepto de Estado que está detrás de esta declaración (en realidad de las políticas sociales) es el de "Estado facilitador". Las estructuras del Estado tienen como objetivo "facilitar" a los ciudadanos la cobertura de algunos de sus riesgos. Considerando a la vez que los responsables reales de la cobertura de los mismos son los propios ciudadanos. Encaja perfectamente este modelo en la metáfora "la vida social como una carrera" que he analizado reiteradamente en mis escritos. Cada uno es responsable de la posición en la que llega al final de la competición y, por lo tanto, tiene lo que se merece.
En este esquema el Estado no tiene por objetivo ni conseguir una sociedad más igualitaria (propio del modelo de Estado de Bienestar al menos en sus orígenes y en el modelo nórdico), ni tampoco la eliminación de la pobreza, ni la consecución de unos mínimos de seguridad social (propio de los modelos continentales).
En todo caso, en esta forma de conceptualizar la intervención del Estado y la legitimación social del poder, se puede llegar a entender, como de hecho se hace en las declaraciones, que puede existir un Sistema de Protección que, de forma subsidiria y residual, realiza las funciones de control social y beneficencia pública, manteniendo unas líneas de ayuda muy escasas para los más desfavorecidos. Unas líneas diseñadas desde el punto de partida de que en realidad los ciudadanos protegidos por estas medidas no se lo merecen, son los culpables de su situación, no salen de ella porque no se esfuerzan y, por lo tanto, se debe ser muy restrictivo en las líneas de ayuda. De ahí las restricciones en las prestaciones economicas tanto en alcance de los destinatarios como en exigencias para su justificación.
Estamos ante un Estado Ni-Ni. Ni tiene por objetivo una sociedad igualitaria, ni se plantea eliminar las barreras que la estructura social coloca a muchos para poder considerar que estamos en una competición social limpia. El Estado facilitador es el Estado que consolida las posiciones sociales de cada cual en función de su familia de origen estrechando hasta el límite las posibilidades de la movilidad social.
En este concepto la idea de educación queda limitada a la transmisión puramente bancaria de los conocimientos, centrados cada vez más exclusivamente en las materias que se consideran relacionadas con el tejido productivo. En este contexto todo aquello que se aleja de ese centro se considera complementario, superfluo o ajeno. En definitiva inútil.
Cualquier modelo de Estado Social, digno de este nombre, debe plantearse, al menos, la eliminación de la pobreza. Lo debe hacer a través de prestaciones universales y bajo el criterio de responsabilidad pública. Debe partir del concepto de que los pobres no lo son por capricho y que la injusta estructura social tiene mucho que ver en las circunstancias personales que atraviesan las personas. Por eso el Sistema Educativo es el Sistema de Protección competente para garantizar las becas de comedor, porque la alimentación inadecuada impide un rendimiento académico mínimo de esos niños. Porque desde la escuela se garantiza la universalidad de la medida y se elimina el riesgo de estigmatización. Porque la Educación también tiene que tener por objetivo acabar con la pobreza. Porque el objeto de atención de los Servicios Sociales no son los pobres y marginados si no, como dice Fernando Fantova, todo lo que tiene que ver con el eje que se mueve entre la autonomía funcional y la integración relacional de las personas. Porque la existencia de un Sistema que se dedica a los pobres lo único que garantiza es que vivimos en una sociedad que ha decidido que no quiere ser justa.
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