¡No disparen al camillero!

Esta fue la frase con la que nos obsequió Luis Barriga en la presentación del III Informe sobre el Estado Social de la Nación. Creo que la mayoría de los presentes debimos pensar lo mismo, al menos yo lo hice ¿Por qué no se me había ocurrido a mí esta metáfora para ilustrar lo que ha sucedido durante estos últimos años? ¿Pero qué quiere decir esta frase? Pongámonos en situación. Las diferentes potencias contendientes en los muchísimos conflictos armados que jalonan nuestro desarrollo histórico se han venido poniendo de acuerdo sobre una serie de condiciones humanitarias en las que se deben desarrollar las guerras. Se trata de los Convenios de Ginebra, de los que hay firmados cuatro, el primero en 1864, el último en 1949. Pero ¿por qué ponerse de acuerdo con una serie de condiciones humanitarias cuando lo que vamos a hacer a continuación es sacarnos literalmente los higadillos por la nariz? Las guerras siempre se desatan de forma oficial de acuerdo con algún bien suprem...