Carta a los cuidadores de los dependientes

Estimad@s amig@s:

A la mayoría de vosotr@s no os conozco pero es como si os conociera, siento vuestro sufrimiento como si fuera mio, creo que eso me da permiso, al menos, para escribiros esta carta.
Os he visto durante muchos años en los diferentes despachos en los que he trabajado, muchas veces sin respuesta, impotente, incapaz de ofrecer nada con lo que ¿consolaros? Cierto, no es la palabra adecuada, lo que necesitais es apoyo, justicia. El aliento de una sociedad que sabe que estáis ahí y que no se olvida de vuestras dificultades.

Por eso cuando se comenzó a hablar de hacer una Ley de Dependencia me alegré, me alegré mucho. Por fín un apoyo real a vuestras necesidades, por fín podría ofreceros algo en el despacho, o en la calle, o por teléfono.

Participé en lo que pude en la puesta en marcha de la Ley, con mucha ilusión, con mucha alegría, dedicando muchas horas, Poner en marcha la Ley costó mucho porque muchos no creían que fuera posible, muchos la criticaron con saña. Es cierto que no era perfecta y que tampoco lo fue su aplicación, pero, si me permitís la imagen yo sentía que correteaba como una niña pequeña alegre al descubrir un mundo nuevo. Ya maduraría. Algunos se empeñaron en no darle siquiera la oportunidad, en muchos territorios no hicieron nada o casi nada por ponerla en marcha, jugaron con los resquicios de la burocracia para retrasarla, malinterpretarla.

En este momento difícil conviene recordar a los much@s que sí hicieron lo que tenían que hacer, por eso más de un millón de personas se ha beneficiado de una forma u otra de los efectos de esta Ley.

Curiosamente muchos de los que concibieron que aquí habia negocio, muchos de los que no daban un duro por esta Ley, o a los que simplemente les molesta la inversión pública, aunque sea en tiempos de bonanza, han declarado la caza del cuidador. Han decretado que ya no mereceis un apoyo económico. Han decidido que ya no sois merecedores de tener una cotización a la Seguridad Social. Han decidido bajaros la prestación económica un 15%. El año que viene la cosa promete todavía peores consecuencias.

Para poder hacer esto decidieron convertiros en defradudadores, difundieron sospechas sobre vuestra capacidad y adecuación para realizar vuestra tarea 

Me entristezco al pensar en vuestro futuro, en mi futuro. Teodoro, un amigo al que no conozco de Toledo, lo ha expresado con la contundencia de la persona que lucha por la dignidad en el diario 20 minutos (te recomiendo que leas la noticia y veas el video (5 minutos sin desperdicio aquí) Teodoro pronunció una frase que se ha convertido en titular: "he dejado la medicación para alimentar a mis hijos".

Es triste, lo siento por mi amigo que se quejaba de que sólo hablo de desgracias. Es que con los recientes recortes no es para menos. 200 millones menos aportados por el Gobierno de España para la aplicación de la Ley que traerán como consecuencia el recorte de otro tanto por las CC.AA Un 40% de recorte en el dinero para las prestaciones básicas del sistema de servicios sociales.

Amigos cuidadores, amigas cuidadoras. Siempre os he admirado. Se de vuestro sufrimiento callado, de la culpabilización personal y social,  de las renuncias personales; del amor, el rencor, la desesperanza, y muchas más emociones que sólo vosotr@s sabéis como repartís en el discurrir de las horas, las semanas, los meses, los años, los muchos años, los años que no tienen fin. Del amor y el ejercicio de la responsabilidad como único aliento

Pienso en vosotr@s cuando nuestros dirigentes económicos y políticos proclaman que hay que recuperar la cultura del esfuerzo. ¿Pero de que están hablando? Esas gentes que proclaman esas tonterías, que tienen "chacha en casa", que se acicalan con los mejores productos os están diciendo que hay que volver a la cultura del esfuerzo. ¡Qué vergüenza!

 La Ley de la Dependencia os había dignificado, os ofrecía salidas. Ahora la están literalmente demoliendo. Quiero que sepáis que no estáis solos, que muchas personas pensamos en vosotr@s y vamos a seguir luchando, que no nos rendimos.

Un fuerte abrazo.




Comentarios

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  2. ¿Tanto miedo tienen a testígos incómodos o a críticas fundadas a sus actuaciones? Baste ver algunas de las "fichas", o cuestiones relacionadas con el Año Europeo del Envejecimiento Activo en su lamentable desarrollo en España, o al maquillaje e interpretación intencionadamente sesgada de los datos desoladores y terribles sobre la dependencia.

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  3. ¿Qué pasa en el Imserso?

    Se está poniendo mucho interés en resolver los problemas económicos de España con la disminución del gasto público, y dentro de él, con la rebaja en el sueldo de los empleados públicos y de los funcionarios. No voy a insistir en lo injusto de esta medida, agravada, además, por la limitación otros derechos, producto de negociaciones anteriores, que en ningún caso servirán para generar empleo, ni para disminuir el déficit público.
    Pero a este ensañamiento innecesario cabe añadir todavía otro hecho más vergonzante e irresponsable: la inutilización de muchos profesionales valiosos y experimentados por el simple hecho de que “no gustan” o no encajan con los modos de pensar o de actuar de los nuevos dirigentes. Quizá no saben, o no quieren conocer, el enorme valor que los empleados públicos conceden generalmente a la lealtad a la jerarquía legítimamente establecida.
    He sido hasta hace unos días funcionario del Imserso, con casi cuarenta años de experiencia en Servicios Sociales en relevantes cargos y funciones directivas y de gestión. De manera sorprendente e inexplicable he estado durante los últimos meses sin que los nuevos responsables de esa institución me encomendaran ni pidieran absolutamente ningún trabajo, ni me permitieran realizar tarea alguna, después de haberme indicado que quedaba exclusivamente a su disposición tras darme instrucciones para que abandonara todas las funciones que ejercía hasta su llegada. Ha habido y hay más casos, que se suman en esa infrautilización de algunos de los trabajadores de ese centro directivo. Cientos y cientos de horas de prestigiosos y preparados profesionales, pagados con sueldos públicos a veces muy dignos, absolutamente desperdiciadas.
    Es populista, o quizá sectario, maltratar empleados públicos, en muchos casos por gestores que buscan ventajismo a costa de ello. Y sobre todo, es irresponsable la mala gestión consciente de los recursos humanos en estos tiempos, en los que cabe hacer tantas cosas de interés en el sector público ahorrando recursos económicos. Es absurdo e imperdonable que se desprecien y se dejen de utilizar investigaciones, avances o trabajos anteriores tan necesarios para el bienestar de las personas mayores por puro sectarismo. Pero todavía es más sangrante, y de consecuencias injustas y dolorosas para las personas más vulnerables, que con todo ello se esté llevando a cabo el desmantelamiento de los servicios sociales y, en especial la atención a la dependencia cuya responsabilidad más directa ostenta precisamente el Imserso.


    Manuel Porras Muñoz

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