Actos fallidos y gobiernos fallidos


El Sr. Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pudo incurrir hace un par de días en eso que se ha venido a conocer como "acto fallido". Me estoy refiriendo a esa pregunta retórica que pronunció el pasado día 19 de mayo que con sorpresa enfática demandaba sobre quién hablaba hoy en nuestro país del paro.

El acto fallido es un concepto propuesto por Sigmund Freud que intenta dar respuesta a esa especie de "cortocircuito entre lo que quería surgir desde lo interno y la conducta externa... el sujeto que realiza un acto fallido solo constata con sorpresa que está haciendo o diciendo algo contrario a lo que quería, pero ignora la razón. El acto fallido constituye entonces, de acuerdo a la definición freudiana, una formación de compromiso o transaccional entre la voluntad consciente del sujeto y el deseo inconsciente reprimido.1 Hallar una explicación para los actos fallidos puede ser una tarea analítica ardua, puesto que escapan a la conciencia y para su comprensión es necesario ponerlos en relación con otros materiales que aportan información del inconsciente, a través de técnicas del psicoanálisis, tales como la asociación libre y la interpretación de los sueños." (tomado de la Wikipedia)

Quizá piensen ustedes, no sin malicia, que lo que sucede es que el Presidente está tan alejado de la realidad que todavía no se ha enterado de lo que realmente pasa en nuestro país o incluso quizá piensen ustedes que este tipo de realidades mundanas, las que no se miden por los grandes números de la macroeconomía, se la traen a nuestro presidente literalmente "al pairo".

Quizá piensen ustedes que lo del Presidente no es en puridad un acto fallido sino una simple muestra de lo que piensa realmente (no solo él) y es bien posible que estén en lo cierto. De hecho en las siguientes intervenciones el propio Sr. Rajoy  atosigado en estos momentos por la necesidad de su continua aparición pública, ha matizado su mensaje diciendo: "¿quien habla hoy del alza del número de parados?". (frase por otro lado igualmente triunfalista y alejada de la realidad)

Yo prefiero pensar que lo que se ha producido es un acto fallido del discurso oficial. Hay tanta distancia entre lo que se quiere explicar y la realidad diaria que al final la cosa salta por las costuras y esta del Sr. Presidente ha sido una rotura en condiciones, un rotura que en realidad manifiesta la necesidad imperiosa de esconder la verdad incómoda y vender la verdad oficial. Cuando uno tiene que forzar el discurso de semejante manera para vender irrealidades como certezas absolutas se pone cada vez más cerca de necesitar pasar por el diván del psiquiatra.

En realidad este acto fallido lo que pone de manifiesto es más lo que no se puede vender que lo que se vende, es decir, los objetivos no alcanzados, incluso no buscados pero que se reconocen imprescindible por parte del respetable (y nada menos que en plena campaña electoral).

Este acto fallido lo que pone de manifiesto, ni más, ni menos, es la forma de ver la cosas de un gobierno fallido en lo que debería ser el objeto de cualquier gobierno democrático: mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Posiblemente sucede que tampoco se lo han planteado así, que les basta y eso es lo que saben e intentan ocultar, con que mejoren o lo parezca, las condiciones de vida de los que les votan y soportan (electoral y económicamente) o al menos en generarles las suficientes expectativas de mejorarlas.

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