Cerrado por vacaciones

De niño contaba los días que faltaban para que llegara el verano cargado de promesas que a menudo quedaban incumplidas. Fuera como fuera la sensación era... Para qué contároslo. Habéis vivido lo mismo. También es verdad que a veces nos gusta que nos cuenten lo que hemos vivido para cerciorarnos de que no estamos solos y que eso que vemos, que nos pasa y por lo que pasamos es algo que se desarrolla también más allá de nuestras fronteras. Las vacaciones son el momento que aprovechamos para salir de nuestro propio cascarón y hacer lo continuamente postergado. Para ensanchar el alma que vive constreñida entre tanto apretón cotidiano. Somos libres. También es verdad, como le leía ayer a Almudena Grandes, que los que podemos disfrutar esta experiencia que nos retrotrae a los mejores recuerdos de nuestra infancia no debemos olvidar que es una experiencia que le resulta hurtada a much@s compatriotas que viven condenados a unas vacaciones con apariencia de interminable...