La solidez del neoliberalismo

Ví esta foto colgada en Facebook hace unos días y desde entonces me viene rondando, atacando. Los habituales ya sabéis que de vez en cuando me atacan fotos y tengo necesidad dedicarles, digámoslo así, un "pensao". Lo primero que me ha venido a la cabeza después de ver esta foto es el concepto de sociedad líquida puesto en circulación hace unos años por Zygmunt Bauman. Me gusta lo que este autor escribe y analiza, digamos que estoy de acuerdo, así que no se entienda lo que voy a decir aquí como una crítica a sus planteamientos. Lo que pasa es que la experiencia de millones de personas se enfrenta con la solidez de un muro que le acompaña allá por donde camina, un muro transparente que lo invisibiliza, que le impide caminar más allá, que le impide ver y analizar la realidad. Me temo que esa experiencia es sólida. Lo que ha convertido en líquido ese muro no es la materia con la que está construido sino la metáfora hegemónica de "la vida social como continua competición" la que conceptualiza de una forma líquida esta pesada realidad cotidiana.

El neoliberalismo se caracteriza por trazar un muro alrededor de las personas en su empeño por difundir el individualismo absoluto. En realidad ese individualismo arroja a millones de personas a una situación de seres-masa, seres sin rostro, seres sin capacidad de construir su persona.

El término persona procede del latín máscara y hace alusión a las máscaras que utilizaban los actores  romanos para representar los roles del teatro latino. Con el tiempo persona ha adquirido el valor del rostro social que todo humano necesita construir. El rostro singular que nos caracteriza, que nos diferencia de los otros, que nos sirve para relacionarnos en sociedad. El individualismo imperante pretende aislar a cada ser humano de la sociedad en la que vive. Concibe el mundo y la vida como si el individuo se produjera aislado de su contexto social, como si este no tuviera nada que ver con él. Ese muro individualista convierte a los "sin poder" en personajes de una obra que no han escrito, en puro actor-máscara, personaje sometido al guión escrito por otros, dependientes del enseñoramiento de otros, impotentes, en seres con máscara obligada y no construida personalmente. En esa obra en la que, en teoría, no puede haber más libertad hay millones de personas que apenas disponen de espacios en los que vivirla. En la sociedad neoliberal sólo pueden ser personas los que ganan la carrera, los que detentan el poder económico, el verdadero poder. La mayoría de la población está obligada a sumergirse en un magna amorfo: la masa informe.

El debate social y político desde la Revolución francesa se ha centrado fundamentalmente en la definición del alcance de la ciudadanía, de la capacidad de decidir. Una parte de los revolucionarios y, por supuesto, los absolutistas, se empeñaron y consiguieron reducir el derecho de ciudadanía a unos pocos. (el análisis que Antoni Domenech hace de este asunto en El eclipse de la fraternidad es interesantísimo) El actual neoliberalismo no deja de ser una nueva versión de los puntos de vista aristocráticos que limitan el ámbito de los derechos democráticos a unos pocos.

María Zambrano en Persona y democracia. La historia sacrificial aporta un importante número de elementos filosóficos muy inspiradores para cualquier reflexión en torno a este asunto. Aunque Zambrano no reflexiona en su libro, por motivos obvios, sobre la posmodernidad, sus reflexiones no dejan de resultar iluminadoras para intentar interpretar lo que nos sucede. Posmodernidad y neoliberalismo se retroalimentan para imponer una visión absolutista de la convivencia social, una visión que entronca fundamentalmente con todas las posturas aristocráticas que se han venido sucediendo desde la eclosión de la Revolución francesa.

Sobre estos asuntos ando realizando mis reflexiones actuales que quiero compartir con l@s lectores de este blog en parte para poner en práctica una frase que me gusta mucho: "escribo para saber lo que pienso", en parte para buscar un diálogo sobre el tema con los que queráis entrar en él. Por lo tanto esta entrada no deja de ser una breve incursión en un tema que da para mucho más. Espero vuestras opiniones y sugerencias.

Comentarios

  1. El neoliberalismo busca, entro otras muchas cosas, activar ciertas sensaciones positivas en cada individuo que permitan una estabilidad emocional y social, pretendiendo lograr que una gran mayoría de la población tengan la "sensación" de democracia, la sensación de estar informados, de tener seguridad, de tener libertad de expresión o de ser libres en general. Yo entiendo que con esas sensaciones vamos creando ese "muro invisible" que comentas.

    Evidentemente estas sensaciones distan mucho de la realidad que estamos viviendo estos últimos años y se hacen añicos cuando surge la actitud crítica del individuo.

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