Necesitamos políticos más que nunca.


Nací en 1963 en el barrio de Las Fuentes de Zaragoza.  Me crié en sus calles en los años del baby boom. No digo esto por afán biográfico, que no tengo ninguno, sino simplemente por situar mi reflexión sobre la política y los políticos que viene a continuación. 

He podido apreciar como personas a las que sólo les llevo 7 u 8 años de diferencia tienen, como es obvio, una experiencia generacional distinta y por lo tanto la valoración de las cosas se tiñe de otro color.

En mi barrio y durante mi infancia no había nada. Era un barrio del aluvión desarrollista. Había dos colegios públicos y un inmenso colegio concertado (el mayor de Europa en número de alumnos, presumía su director). Fuera de eso no había ningún otro recurso social, cultural, ciudadano. Y cuando digo nada es nada. Para ir al médico se tenían que coger dos tranvias. El parque/plaza más cercano estaba a media hora caminando.

Los niños, y yo fui muy afortunado, podíamos elegir entre la OJE (la organización parafascista del régimen), las parroquias  y los muchos campos, escombreras y callejones sin salida que abundaban entre las casas y el Ebro.

Hoy el barrio dispone de un precioso parque, cuatro colegios públicos, dos centros de salud, dos hogares para mayores, una guardería municipal, varias plazas, una pisina y centro deportivo, un instituto y un centro de Formación Profesional, un centro de servicios sociales, una residencia y centro de día de mayores, una casa de juventud, un centro sociolaboral, un centro de ocio y tiempo libre infantil... Y muchas, muchas cosas más. Mi barrio, porque continua siendo mi barrio aunque haga 20 años que no vivo en él, no es especial. Lo mismo puede decirse de muchos otros barrios y pueblos de España.

¿Quien ha hecho todo eso? Los políticos (profesionales y voluntarios) con el dinero de todos los ciudadanos cobrados a través de impuestos. Políticos de todos los colores pero especialmente de la izquierda y de todas las izquierdas. La mayor parte de estos servicios se han hecho bajo la responsabilidad de gobiernos presididos por militantes del PSOE. En el barrio ha sido siempre muy activa la gente de Izquierda Unida, algunas organizaciones católicas (comunidades de base, JOC y HOAC a través de alguna parroquia), y personas de diferentes tendencias políticas que han unido fuerzas para defender su barrio y su calidad de vida en muchas organizaciones y asociaciones. Desde la Asociación de Vecinos, pasando por ADISLAF (entidad de personas con discapacidad) el Tranvía (para la inclusión social) y muchas otras. Nada de esto lo han hecho los mercados, ni los presidentes de la patronal, ni la benevolencia de los privilegiados, ni los habitantes más pudientes de la capital. Lo ha hecho la política.

Todas esas personas han hecho POLITICA, así, con mayúsculas. Muchas de ellas han pasado a formar parte de otras organizaciones desde el PSOE hasta IU. Desde CHA hasta CCOO o UGT, por citar sólo algunas. Algunos han llegado a ocupar puestos de responsabilidad en la gestión. Y todas, todas ellas, necesitaron encontrar una mediación en un partido o grupo municipal o parlamentario al que llevar sus reclamaciones y propuestas. Una mezcla de reivindicación, propuesta y mediación.

Si no hubiera sido por toda esa gente, desde el que haya tenido la tarea más humilde al que se ha dedicado en cuerpo y alma a su barrio y a su ciudad; a su tierra, no habría sido posible lo que ahora se tiene y la calidad de vida que ha alcanzado el barrio en estos casi 50 años. Si no hubiera sido por las organizaciones políticas que asumieron las reivindicaciones tampoco habría sido posible.
foto difundida por facebook de la que hablo


Y digo todo esto porque se está disparando sin ton ni son contra los políticos y contra la política. Contra los partidos y los sindicatos. Contra los cargos públicos. He puesto un cartel que ha funcionado por facebook y que es profundamente mentiroso pero que ha calado y es usado por gentes de todo tipo de forma acrítica (como por ejemplo gestores de banca, ver artículo publicado en Cinco Días aquí) Nunca ha habido 400.000 políticos profesionales en España a los que cortar el sueldo. A todas luces es un absurdo y un disparate. Pero funciona. Si se sigue mi anterior entrada esta es una próxima víctima de un recorte que no tiene valor económico pero sí democrático.

La contestación a ese dato que circula la dio magnificamente bien Enrique Bethencourt en su blog La tiradera, por lo que no voy ni a gastar un segundo en contestarlo.

Demonizar la política y por lo tanto las organizaciones en las que se practica: partidos, sindicatos, asociaciones de todo tipo es el paso previo al desmontaje de la democracia. Es la antesala del autoritarismo, de la demogogia, del populismo.

Las grandes conquistas sociales que disfrutamos en España han sido arrancadas a golpe de trabajo político, sindical y asociativo. Con el esfuerzo, muchas veces muy callado, de miles y miles de personas, muchas de ellas sin cobrar un duro, que han dejado muchas, muchas, muchas horas para llegar hasta donde estamos. gentes de izquierda, de todas las izquierdas (y es que a menudo en la izquierda nos encanta despellejarnos vivos y repartir carnets de autenticidad, ese es un problema a corregir, cuando lo practicamos los privilegiados se frotan las manos) Por eso, entre muchas otras cosas, he escogido la imagen de José Antonio Labordeta para encabezar esta entrada. Un referente ético imprescindible en el que mirarnos. Siempre tomó partido (no siempre compartí sus opciones, pero por eso es más importante para mí su referencia), se comprometió en las organizaciones e instituciones y dignificó todas esas tareas.

Por otro lado estoy de acuerdo en que es necesario modificar nuestras instituciones y nuestro funcionamiento democrático. La gran virtud del movimiento 15M es que ha denunciado las importantísimas carencias de nuestro funcionamiento institucional. Se reclama Democracia Real y no les falta razón a los que lo demandan. Es cierto que hace falta reflexionar sobre nuestro entramado administrativo y ver si hay administraciones que deben eliminarse o modificarse. Hay que analizar qué fórmulas de democracia interna en los partidos se pueden incorporar para acercar a los ciudadanos a la participación política. Hay que avanzar en nuevas formas de participación ciudadana. Sin embargo estas críticas más que razonables se están aprovechando en un totum revolutum por parte de algunos y retorciendo los argumentos para atacar el sistema democrático desde el pensamiento totalitario de todo tipo. No hay que abandonar la crítica pero hay que extremar los cuidados en la argumentación para salir del mundo del blanco o negro en el que a menudo entramos. Los amigos de las fórmulas autoritarias están aprovechando para atacar las instituciones democráticas a través de la política y las organizaciones que la articulan. Creo que es importante mantenerse vigilantes y discernir el grano de la paja. Las redes son una magnífica forma de propagar ideas, pero estas son de todo tipo y se están vistiendo lobos con piel de cordero.

No sobran 450.000 políticos. Faltan 20 millones para darle la vuelta a esta situación. La política se hace en las calles, en las plazas, en los centros de trabajo y en los mercados. Pero la política necesita organizaciones que vehiculicen y articulen las propuestas. Y la política, si es democrática, necesita de las Instituciones para desarrollarse, para negociar, para acordar, para gobernar. Y ahí se tienen que sentar gentes que nos representen a todos y todas. En todo caso lo que hace falta es que los ciudadanos nos comprometamos más en estas cosas y empujemos la historia en una dirección distinta hacia la que camina. Seguramente, también, lo que nos falta es clarificar nuestras alternativas. Tenemos claro lo que no queremos. Tenemos bastante claro lo que queremos. Nos falta aclarar cómo alcanzarlo. Mientras tanto no sobran políticos, ni partidos, ni organizaciones, ni sindicatos, ni asociaciones. Todas ellas son mediaciones que hay que hacer funcionar, que hay que utilizar mientras no tengamos otras mejores.


Por cierto. Me despido temporalmente por vacaciones por un tiempo. Necesito desconectar para continuar conectado.




Comentarios

  1. Voy a aprovechar este post para felicitarte por tu blog. Disfruto con tus reflexiones y análisis, para mi, muy certeros.
    Respecto a este post, ni que decir tiene que a muchos ciudadanos les entra urticaría cuando se habla de políticos. Yo, que intento separar el grano de la paja, a veces caigo en generalizaciones peyorativas también. Probablemente sucede ésto porque los políticos que ocupan cargos de mayor responsabilidad son los que peores cosas están haciendo por sus ciudadanos.
    En mi modelo de democracia ideal no se les llamaría políticos, sino representates de los ciudadanos; tendrían sueldos modestos e incompatibilidades casi totales para cobrar cualquier otra cuantía económica. La renovación se haría cada dos años. Y los más importante, las decisiones se tomarían desde abajo a arriba. Existirían asambleas en todas las regiones, pueblos y barrios que deberían debatir sobbre las líneas de gestión de los territorios, tanto a pequeña como a gran escala. Por eso serían representantes, porque no podrían tomar decisiones unilateralmente. Sería un verdadero contrato social.
    Quizás, para llegar a este funcionamiento, se debería producir primero el cambio de mentalidad en los ciudadanos para que eligieran ser responsables de las decisiones políticas.
    En fin... la fantasía todavía sigue siendo libre ;)

    Saludos de una colega y felices vacaciones

    ResponderEliminar
  2. En primer lugar, te felicito por esta entrada... de hecho estaba yo con el mismo tema para el lunes que viene, pero me ha encantado comprobar tanta "conexión simultánea" a pesar de los kilómetros... enhorabuena y decirte que estoy enteramente contigo en lo que escribes. un abrazo. Nacho

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

A continuación puedes dejar tu comentario sobre esta entrada.

Entradas populares de este blog

La izquierda necesaria. De Josep Ramoneda

Nómadas

Discurso y relato