Jaque al Sistema de Servicios Sociales.

Es hablar con compañer@s de todos los puntos de la geografía española y escuhar la misma cantinela. Incluso en los lugares en los que los gobernantes tienen más claro la necesidad del mantenimiento del Sistema, que haberlos haylos, las cosas se encuentran algo paradas en función de dos factores que pueden acabar asestando un golpe importantísimo al Sistema tal y como lo conocemos. 

El primero es el anuncio, hace pocas fechas, de la retirada de la mayor parte de lo que queda de financiación del Estado en materia de Dependencia. La incertidumbre que genera saber qué significa exactamente esa propuesta de recorte en Dependencia que el Gobierno de España remitió a Bruselas hace unas fechas, deja la ya maltrecha aplicación de la Ley de Dependencia a punto de volver a la casilla de salida (en el mejor de los casos) De hecho la sensación que va quedando, conforme las noticias se van reposando, es que caminamos, en la mayor parte del territorio, a un modelo que podría ser aproximadamente el existente antes de la Ley. Prestaciones básicamente graciables, en función de las disponibilidades económicas de las CC.AA. (escasas por cierto), con muchas personas que acaban falleciendo sin recibir apoyo, y con el agravante de que en la aplicación práctica, por el camino, en algunos sitios se habrá modificado las prestaciones para cubrir todavía a menos personas de lo que lo hacía antes: vease ayuda a domicilio, teleasistencia, centros para la discapacidad...

Desde mi punto de vista, ya lo he expresado en otras entradas de este blog, un golpe aún más importante, puesto que ataca a la estructura misma del sistema, a su contenido prestacional y a la forma de organzarlo, es el anteproyecto de Ley de Reforma de la Administración Local, que con la excusa del ahorro económico, puede llevar al cierre y a la privatización de cientos de centros de servicios sociales, ya sean de atención primaria, ya sean de atención especializada. Tal y como se lee el texto citado, si las CC.AA. se tienen que hacer cargo de todos los servicios que hoy gestiona la Admon Local con sus exclusivos presupuestos, es posible, diría seguro, que se ahorrarán presupuestos, pero no me quiero imaginar lo que va a suponer en cierres y despidos.

El problema de este jaque al Sistema, si se sigue comiendo nuestras piezas en el tablero, es que la sociedad que se va a configurar va a ser muy distinta a la conocida hasta ahora y las posibilidades de remoción de los obstáculos que impiden el desarrollo de las personas a las que queremos ayudar mucho más difíciles de mover. Nos encaminamos a un sociedad en la que sólo va a primar el individuo, en el que el Estado va a ocupar un lugar mínimo, irrelevante, en la configuración y consecución de una sociedad justa. Para eso sirve el Estado de Bienestar Social clásico, para contribuir a la igualdad de las posiciones sociales. El trabajo por la consecución de una mayor igualdad social tiene varias vias por las que puede avanzar: la igualación de los ingresos vía salarios, la igualación por creación de un sistema fiscal progresivo y la creación de una serie de prestaciones sociales que cubriendo las contingencias más importantes de la vida de las personas, garantice, pagado con dinero púbico, unos ingresos indirectos que tienen como consecuencia una mayor igualdad social.

En la primera pelea la existencia de unas organizaciones sindicales fuertes es imprescindible. La modificación de las normativas en materia de derechos laborales y sindicales y el ataque desabrido a estas organizaciones, se realiza para modificar la correlación de fuerzas en la negociación colectiva y torcer el brazo del lado del poder. Sólo por este motivo, aquellos que quieren cambiar el actual estado de cosas, deberían tener en cuenta la imperiosa necesidad de fortalecer las organizaciones sindicales y no debilitarlas. Fiscalidad y políticas sociales exigen otra política que debe ser reclamada de las mil formas concretas que se nos ocurran, dentro y fuera de los partidos establecidos.

Y ahora nos toca mover ficha. Hace dos entradas "El desmán perdido", compañero de la BlogSTsfera, me provocaba, amablemente, en un comentario para que concretara que entendía por eso de hacer compatible el cambio de las estructuras y el trabajo por la emancipación de las personas. Advierto que me voy a quedar corto, pero la tentación de ir dando ya alguna respuesta me ha podido. Creo que los problemas estructurales, por otro lado es evidente, sólo se solucionan modificando las estructuras. Por eso creo que el Sistema de Servicios Sociales, el Estado de Bienestar, son las estructuras sociales que históricamente hemos creado para asegurar unos mínimos de igualdad para las personas. Un Trabajo Social exclusivamente volcado en la promoción de las personas, olvidándose de que estas viven en sociedad y que las estructuras sociales les influyen enormemente y que hay que modificar las estructuras sociales para que las personas se pueden desarrollar, es ya algo más que una intuición de nuestras pioneras en los finales del siglo XIX. Ellas consiguieron crear una profesión y una disciplna en medio de las enormes dificultades sociales del momento. Tuvieron claro que debían participar en la modificación de la estructura social, tanto en las intervenciones, como en su compromiso personal social y político. La defensa del Estado de Bienestar y del Sistema de Servicios Sociales en particular es una condición sine qua non para avanzar, al menos ese es mi punto de vista..

En una sociedad más injusta el desempeño del Trabajo Social y de cualquier otra profesión de ayuda lo va a tener mucho más difícil para conseguir éxitos en la intervención, trabajar por una sociedad más justa es pura ética profesional. No hay más que mirar la definición de nuestra propia profesión recogida en el Código deontológico:

  • Artículo 5.- El Trabajo Social es la disciplina científico-profesional que “promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento  y  la  liberación  de las personas  para  incrementar  el  bienestar.  Mediante  la utilización  de  teorías  sobre  comportamiento  humano  y  los  sistemas  sociales,  el  trabajo  social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo Joaquín, no podemos olvidar la parte de reforma social que tiene el Trabajo Social, y tal vez lo hayamos hecho durante un tiempo. En ese sentido, viene bien recordar nuestros orígenes como profesión.
    En cuanto al jaque, si no es "jaque-mate", tal vez podamos contraatacar, que en el ajedrez y en los juegos complicados, las cosas no son como parecen y a veces se les da la vuelta a las partidas. Saludos.

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