¡Poesía, por favor!

Miquel Martí i Pol
A lo largo de este verano comentaba en una de las entradas que  la situación actual de nuestro país, la permanente confusión mediática a la que estamos sometidos, las continuadas salidas de tono de las frases ultraliberales, los espantosos recortes sociales, estaban comenzando a hacer mella en el ánimo de muchos. También yo percibo ese cansancio en mí mismo, la sensación de desaliento que se cuela a primera fila hasta ocupar el espacio principal.

Por eso me niego a que todas las entradas de este blog hablen de lo mismo, se centren exclusivamente en las declaraciones de Teofilas y Hernandos (ver entrada de Pedro Celiméndiz en su blog aquí), por citar sólo las últimas dos salidas de pata de banco de alguno de nuestros actuales próceres. Y me niego a estar dando continuamente razones para la oposición a los recortes, y me niego a estar en reflexión permanente sobre asuntos estrictamente sociales.

Por eso le he dedicado a la literatura algunos espacios en las últimas entradas. En el espíritu de este blog está buscar en los lugares aparentemente lejanos, elementos que iluminan lo que más nos ocupa y, en ocasiones, espacios de oasis para el maltratado ánimo que nos impulsa y que hay que preservar porque la situación promete demorarse más de lo deseado entre nosotros.

Me cansa la excesiva prosa en la que vivimos, la ausencia de lírica, la ausencia de dejar que ese yo que llevamos dentro se exprese en un ámbito que vaya algo más allá de lo puramente material. Por eso acudo a la poesía vitalista de Miquel Martí i Pol, el gran poeta catalán contemporáneo (wikipedia castellano aquí, página de la asociación de escritores en lengua catalana aquí) Un poeta profundamente amado por los catalana parlantes y poco conocido (en mi humilde opinión) fuera de ese ámbito lingüístico.

Martí i Pol ha sido poco traducido al castellano (obras traducidas aquí), un olvido imperdonable porque los castellano parlantes nos perdemos una poesía de una riqueza expresiva que te reconcilia con la vida aún cuando habla de los elementos más perturbadores de la existencia. A mí la poesía de Miguel Martí me conecta  con las ganas de vivir, con la amplitud de miras

Portada del libro
Viene al caso esta entrada porque acabo de leer Un día cualquiera, Un dia qualsevol, en una estupenda edición bilingüe de Nórdica (página editorial aquí), con bellas ilustraciones. Una antología de algunos de sus poemas más apreciados, con una traducción notable (por lo poco que puedo valorar, lo digo porque los poemas en castellano mantienen la sonoridad poética).

La vida de Miquel Martí está llena de anécdotas que a otras personas les habría podido quebrar, sin embargo su impulso vital consigue sobreponerse y expresarse a través de sus versos, significativos y bellos, claros y al alcance de quien desee demorarse en su territorio.

Martí i Pol nace en 1929 en el seno de una familia  humilde, a los 14 años comenzó a trabajar en una fábrica, una tuberculosis pulmonar lo lleva a la cama un año, un tiempo que aprovecha para leer y que le cambia la vida.

Comienza a escribir poesía, a ser premiado, pero se mantiene trabajando en la fábrica hasta que en 1973 una esclerosis múltiple lo aleja definitivamente del mundo laboral.

Comprometido políticamente sus poemas hablan de lo que tiene cercano. Se que estas breves notas son escasísimas (puedes leer mucho más sobres su vida y obra aquí) pero creo que pueden ser las más significativas para los que leéis las entradas de este blog con asiduidad.

En unos días se cumplirá el tercer aniversario del fallecimiento de José Antonio Labordeta, quizá por eso, comenzando a prepararme para ello, he venido descansar en los versos de este otro poeta.

Os dejo con algunos versos para abrir boca y corazón:

...
De res no ens val l´enyor o la complanta,
ni el toc de displicent malenconia
que ens posem por jersei o per corbata
quan sortim al carrer. Tenim a penes
el que tenim i prou: l´espai d´història
concreta que ens pertoca i un minúscul
territori per viure-la. Posem-nos
dempeus altra vegada i que se senti
la veu de tots, solemnnement i clara.
Cridem qui som i que tothom ho escolti.
I, en acabat, que cadascú es vesteixi
com bonament li plegui, i via fora,
que tôt està per fer i tot és possible.
( Tomado de Ara mateix De L´ambit de tots el àmbits, 1980)


...
De nada nos vale la añoranza o la queja,
ni el toque de displicente melancolia
que nos ponemos por jersey o por corbata
cuando salimos a la calle. Tenemos apenas
lo que tenemos y basta: el espacio de historia
concreta que nos corresponde, y un minúsculo
territorio para vivirla. Pongámonos
de pié otra vez y que se sienta
la voz de todos solemne y claramente.
Gritemos quiénes somos y que todos lo oigan.
Y al acabar, que cada uno se vista
como buenamente le apetezca, y ¡adelante!
que todo está por hacer y todo es posible

(Tomado de Ahora mismo de El ámbito de todos los ámbitos, 1980)


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