Más datos para compararnos con Europa. Desigualdad de ingresos (2)

Continuo con la serie de entradas (anterior  aquí) en las que tengo intención de comentar algunos datos estadísticos que manifiestan nuestras graves dificultades en materia de desigualdad, dificultades que nos sitúan en una posición, en relación con el resto de países europeos, que nos debería preocupar mucho. Estos indicadores demuestran, desde mi punto de vista, que nos estamos alejando no sólo del modelo social europeo, en una deriva común con el resto de países europeos, sino que nos estamos desviando, a peor, de la media del conjunto de paises de nuestro entorno. En esta ocasión voy a comentar dos indicadores: el coeficiente de Gini y el Índice 80/20.

El coeficiente de Gini (wikipedia aquí) sirve para medir la desigualdad de ingresos en una determinada sociedad. Se mueve en un rango teórico que se representa oscilando entre el 1 para la igualdad absoluta (todos perciben lo mismo) y el 100 (uno percibe todo y los demás nada). Es evidente que ninguna sociedad puede estar en esos extremos, por lo que lo normal es que se mueva entre el 25, para las sociedades más igualitarias (las nórdicas han estado aquí) y alrededor del 60 para las más desiguales (llega un momento en el que la explotación de los pobres no puede llegar a más)

Ese estrecho rango real 25-60 es el que hay que tener en cuenta para valorar los datos y, por eso mismo, una alteración de un punto en un año es ya muy significativa. En el caso español hemos pasado desde el año 2006, en el que estábamos en el 31,2, al 34 en 2011. Una evolución muy negativa porque, además, ningún otro país europeo, ni siquiera los sometidos a crisis, ha tenido la misma deriva. Para hacernos una idea, la media de la UE 27 ha pasado de 30,2 a 30,7, y la de la UE 15 de 29,5 a 30,8. Nuestro índice Gini sólo está por encima de Bulgaria, Letonia y Portugal (aunque los dos últimos países han reducido fuertemente este indicador en el mismo periodo).

El coeficiente de Gini se puede comparar con otro indicador que mide de otra forma la desigualdad existente en una determinada sociedad. Se trata del indicador 80/20, que mide el número de veces que el 20% de los más beneficiados ingresa más que el 20% de los que menos ingresan. En el mismo periodo que el señalado anteriormente (2006-2011) España ha pasado de 5,3 veces a 6,8. De la evolución comparativa con otros países europeos podemos decir lo mismo que lo que decíamos del coeficiente de Gini pero todavía peor,  en esta ocasión España es el país de la UE con mayor diferencia de ingresos. Sin duda el paro y la precariedad tienen mucho que ver con este mal resultado.

Con estos datos se puede afirmar que España es, sin duda ninguna, uno de los países más desiguales de Europa. Un dato que nos debería hacer pensar. El objetivo no puede ser únicamente crear riqueza, aumentar nuestro PIB. El problema es qué hacemos con ella, qué tipo de sociedad creamos. El nivel de desigualdad y de pobreza que estamos generando en España y el modelo político de salida de la crisis es profundamente injusto y nos coloca a la cola de Europa. Los últimos mensajes del Gobierno intentando crear la sensación de que estamos al final de la crisis deben ser contrastados no únicamente con datos de PIB (que siguen siendo malísimos) sino con datos que midan cómo estamos los ciudadanos. Los rangos de desigualdad son fundamentales para valorar la calidad de vida de las personas, su capacidad de crear sociedad y la capacidad de proyectar un futuro mínimo. España es cada vez más, un país profundamente injusto, en el que muchos ciudadanos viven cada vez peor, mientras otros viven cada vez mejor. La crisis no nos afecta a todos y no nos afecta por igual. 

Parafraseando a Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo, existe una de clases y la mía va ganando la guerra.

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